domingo, 29 de abril de 2012

Vallejo pide compromiso y no ser rocieros de "nueve días de arenas"

FRANCISCO ABUÍN - DIARIO DE JEREZ

Durante algo más de una hora, Joaquín Vallejo regaló a los rocieros jerezanos un hermoso, profundo y por momentos simpático pregón de la romería ante una abarrotada bodega de La Concha con la presencia de autoridades locales, de la firma González Byass, de las hermandades de Sanlúcar y Almonte, de distintas cofradías de la ciudad y por supuesto de su presentador, Juan Baquero. El fondo cambió este año por un dosel de verde lentisco salpicado de flores moradas. Dosel que ocupó el Simpecado, que entró en La Concha justo antes del comienzo acompañado por tres piteros. El acto lo abrió el hermano mayor leyendo la carta que convocó la reunión que fundó la hermandad hace ayer 80 años, un testimonio que se patentizó con la presencia del Simpecado y del histórico azulejo, que por unas horas dejó la bodega Los Reyes para estar ante los rocieros jerezanos. Se rezó la Salve dando paso al presentador. Baquero dijo del pregonero que "es un pregonero en esencia, de verdad y amigo de todos".


La 'luz' que faltó en la nubosa tarde la puso el pregonero que se ocupó de llevar a la audiencia por el calor y el color de la romería; por su romería, la que se conoce, la que comparte con su gente, que es casi toda la que va al Rocío, y la que guarda en su memoria, momentos y anécdotas, recordando a quienes ya están ausentes, desde los más recientes -Juan Bernal y Diego García de los Santos- hasta los que cuyo recuerdo son permanentes entre los romeros, como Ignacio Muñoz: "hay que querer a la Virgen como tú la querías", o Pepe Antonio González de la Peña. Fue un pregón que dedicó a su familia y a la pequeña María, su "ángel de la guarda", que siempre está presente entre los romeros y que incluso fue el motivo por el que Vallejo dijo sí a dar el pregón de este año, y a todos los que "llevan al Rocío dentro de su corazón"

Su exaltación tuvo una estructura basada en las etapas del camino y la romería, con 'rengues' en parajes de especial significado tanto para la hermandad como para el pregonero en particular, que puso el foco en que el comienzo del Rocío es justamente cuando el Simpecado entra en Santo Domingo el jueves de regreso.

José María Núñez y José Ángel Lupión interpretaron hasta cuatro sevillanas en diferentes instantes del relato con letras propias o de conocidos autores, unos paréntesis musicales integrados en el contexto del acto y que desde hace tiempo se vienen prodigando en esta cita, implementándola sustancialmente proporcionándole momentos de brillantez sobre todo si la voz la pone Josemari. También estuvo el pitero Juan Manuel García de Veas interpretando un magnífico Toque de Alba y Nacho Castrillón acompañando a Vallejo mientras recitó algunos poemas de su pregón.

No dominó el verso en el texto pero sí lo introdujo en los instantes en los que quiso mostrar un especial énfasis o interés. Evidentemente, el pregón se acordó de los 80 años que cumplió ayer mismo la hermandad, fundada precisamente en la misma bodega de González Byass. Fue el pregón de un devoto rociero, de un cristiano convencido, de una persona con muchos amigos que es estimado y reconocido en el mundo rociero que no dudó en compartir vivencias, recuerdos y contar su vida rociera. En pocas palabras quiso hacer su pregón y así lo hizo sin mirar los precedentes, resolviendo muy bien su falta de 'tablas' en los atriles pregoneros. Con unos versos a la Virgen comenzó su pregón, que lo terminó también poéticamente. Se encomendó a Ella dándole gracias por la oportunidad de ser protagonista de esta cita.

La primera sevillana, letra de Pascual González, arranca en el pasaje de inicio de la romería que exaltó ayer, cantó a la hermandad de Jerez así como al final de la larga espera para iniciar el camino, recordó aquellas peregrinaciones en las que el micrófono de la radio era el único contacto con la civilización -el amarrillo de Pepe Antonio y el azul de Antonio Rodríguez Liaño- que quedaba tras las orillas del Guadalquivir; de noches en Doñana, de los viejos rocieros, de sus primeras romerías junto al 'Manteca' y así de tantas y tantos momentos y nombres que evocaron caminos íntimos en un pregón que de forma general se puede calificar de personal en muchos aspectos.

Para Joaquín Vallejo el Rocío es la Virgen y también son los momentos. Que no hay que ser rociero "de nueve días de arena", que saldrá todos los año a "buscarla con mi hermandad", y que cuando llegue al Rocío volverá "a sentir cómo se aceleran lo latidos allí en la calle Moguer" para ver pasar a la Virgen. Terminó confesándose ante Ella: "Cuando esté frente a ti/será mi ilusión y anhelo/volver siempre a revivir/ y allí poder compartir/mis vivencias de romero. / Y cuando esté frente a ti/al final de mi sendero/sentirte cerca de mí/como te siente al santero/y cuando esté junto a ti/en las marismas del cielo/que tú me digas, Rocío/que he sido un buen rociero".