jueves, 12 de abril de 2012

"Tres años sin ti" por Alejandro Melero Rincón

El Domingo de Resurrección de 2009, volvía la hermandad de la Yedra hasta su Plazuela tras una Noche de Jesús en la que la lluvia había privado a la Virgen de la Esperanza de vivir ‘su’ mañana. Esa tarde se recogieron gloriosos, con todo Jerez arropándoles y con la absoluta seguridad de que todo estaba siendo perfecto pese a recogerse un Domingo de Resurrección.

Pero para el periodismo jerezano y andaluz, ese día se tornó negro, muy negro. Fallecía Juan Andrés García Rincón, esposo de Encarni y padre de Paloma y Mercedes. Hijo de Pepita y hermano de Silvia, Juan Andrés nos dejó un Domingo de Resurrección hace hoy tres años. Y aún te recordamos…


Juan Andrés es primo de mi madre, y compartían devoción “santiaguera”. Criados en el Nº25 de la “Calle la Sangre”, como todavía la llaman, se bautizaron y tomaron el cuerpo de Cristo por primera vez en la Iglesia de Santiago, por entonces, en perfecto estado de conservación.

Ya no son lo mismo las comidas en familia, siempre estás demasiado presente en las mentes de cada uno de nosotros… Tengo que agradecer a Enrique de Mora y David Montes por invitarme a la ya famosísima “Tertulia de Enriquito” en el programa “Estación de Penitencia” en Canal Sur. Allí, visité los estudios que llevan su nombre, los estudios “Juan Andrés García”, nombre que sirve como nomenclatura para un premio de periodismo.

Se me hace raro no escuchar tu grave voz, hablando de cofradías, hablando de ‘tu’ Señor del Prendimiento. Con Él hiciste muchas veces estación de penitencia y sobre Él hablabais mucho todos los primos, todos los que os habíais vestido esa túnica de terciopelo roja y blanca. Contabais batallitas sobre los tiempos en los que os vestíais de nazareno, de las épocas doradas del Prendimiento, que “se perdieron” y que ahora parecen irse recuperándose.

Te echamos de menos, siempre lo hacemos. Cada vez que pasamos por la calle que el Ayuntamiento puso en tu honor, más orgullosos estamos de que un familiar nuestro se siente a comer con San Pedro en las dependencias divinas, viendo como su Señor del Prendimiento baja por Tornería y Rivero para, por qué no, recogerse en los mejores sueños de los hermanos de tu hermandad, en Santiago.

Gracias por interceder por tu primo Andrés, su enfermedad parece haber remitido. Gracias, de corazón, te echamos mucho de menos, tito…